En el Día Internacional de la Matrona, destacan el valor añadido que les aportan su formación universitaria y el EIR
Hoy se celebra el Día Internacional de la Matrona bajo el lema «Los datos hablan por sí mismos: hay que invertir en las Matronas» y con tal motivo desde el Colegio de Enfermería de Alicante hemos querido confeccionar esta entrevista en la que damos a conocer simultáneamente la opinión sobre diferentes cuestiones de Rosa Plata, presidenta Asociación Española de Matronas, y Asunción Obiol, presidenta Associació de Comares de la Comunitat Valenciana.

– Este año el lema del Día Internacional de la Matrona ha hecho énfasis en la necesidad de invertir en estas profesionales ¿Qué le dirías a las administraciones sanitarias para convencerlas de ello?
Rosa Plata (RP): Bien, organismos internacionales como la propia OMS ofrecen datos incontestables y que hablan por sí solos, pero en la “distancia corta “yo les haría una pregunta sencilla: “usted si ha de escoger entre algo ¿con qué se quedaría? ¿Con lo declaradamente peor, lo menos bueno o acaso aspiraría a lo mejor?” Porque esta es la elección que se plantea al seleccionar al profesional idóneo para la atención de salud sexual y reproductiva de la mujer. La opción de invertir en matronas en este ámbito de la atención de salud es sin duda la mejor elección profesional por capacitación, competencia, aptitud y actitud; además, hablando en términos crematísticos, decir que esta opción óptima además los es con “el mejor precio” (mejor relación costo-efectividad), ya que a día de hoy las administraciones mantienen una deuda con las matronas desde 1987 cuando pactaron junto con los sindicatos del sector sanitario eliminar el concepto de especialidad, lo que por otra parte, ha colocado en la misma situación al resto de enfermeros especialistas que se han ido acreditando posteriormente, dando lugar a un agravio más para la profesión enfermera.
Asunción Obiol: Efectivamente llevamos años luchando y reclamando un cambio en la asistencia a las mujeres en todos los ciclos vitales de sus vidas. Bien es cierto que quizás haya sido más evidente en el caso de la asistencia al nacimiento, por la sensibilidad de este proceso y por las carencias existentes en la atención al mismo que exigían cambios dirigidos a la humanización del nacimiento, ahora reconocido como nacimientos de baja intervención. Hemos demostrado que somos las profesionales idóneas para el control de la gestación y asistencia al nacimiento de bajo riesgo, lo cual implica el mayor porcentaje de mujeres. Hemos demostrado estos beneficios a nivel de resultados maternos, perinatales y económicos para el sistema sanitario. Reclamamos espacios donde poder ejercer de manera autónoma todos estos cuidados, en los hospitales, asumiendo el control y responsabilidad sobre las gestantes de bajo riesgo así como la creación de espacios seguros tales como las casas de nacimiento.
Le diría a la Administración que apueste por nosotras y nosotros, no solo en el nacimiento. Que nos permitan formar parte de los equipos encargados de la educación y asistencia sexual infantil, adolescente, en la edad adulta y en la senectud junto a los profesionales que trabajan en los Centros de Salud Sexual y Reproductiva. Que nos permitan estar presentes en todas las consultas de atención primaria y especializada donde una mujer necesite cuidados dirigidos a su salud sexual y reproductiva.
Aconsejaría una mejor gestión de los recursos humanos ya que las matronas nos formamos para cuidar a la mujer durante todas estas circunstancias.
– Nos encontramos inmersos todavía en una difícil situación a causa de la pandemia ¿Cómo ha condicionado la crisis sanitaria el trabajo de las matronas?
RP: Nos ha condicionado absolutamente porque el orden preestablecido y la seguridad en la atención, esta última además afectando a la propia y por extensión, potencialmente a la de nuestras familias, se vieron de la noche a la mañana trastocados y en riesgo respectivamente sin saber claramente cómo actuar ante una amenaza que se supo gravísima desde el inicio, a tenor de la evidencia de su amplia y rápida propagación y sus devastadores efectos.
Hay que pensar que la atención obstétrica es una asistencia que “nunca cierra“ ni puede restringirse ni diferirla, como así lo han hecho en otras especialidades médicas y por tanto las matronas, como tantos, tuvimos, a veces incluso por delante de gerencias y direcciones, que improvisar formas y circuitos lo más seguros posibles para la atención de las mujeres y sus hijos y medidas de auto protección ante la imposibilidad de la administración sanitaria de facilitárnosla convirtiéndonos también en responsables de nuestra seguridad laboral, cuando realmente eran ellos los obligados a salvaguardarnos.
Por añadidura, las matronas no quisimos que se anulara el derecho de las mujeres al acompañamiento en el parto y nacimiento por los beneficios más que demostrados y, entendíamos, aún mayores en estos momentos tan angustiosos por mor de la pandemia. Sin embargo este derecho consolidado, muchas gerencias sanitarias, entiendo que desbordadas justamente por la situación, pero también me temo que sin dar la importancia que tiene esta acción, optaron por eliminarlo en lugar de buscar la forma de mantenerlo, medida contra la que desde la Asociación Española de Matronas hemos luchado sin denuedo, apoyando las peticiones de mujeres afectadas y de matronas altamente implicadas y comprometidas, como en el caso de las de la Comunidad Valenciana, logrando se revirtiera la situación .
AB: Ha sido una etapa muy compleja debido a las terribles incertidumbres a las que nos enfrentábamos. Poco a poco, en función de las circunstancias y recomendaciones de las autoridades sanitarias nos hemos reinventado. Hemos luchado por el respecto a los cuidados básicos siempre apoyándonos en la evidencia científica. Hemos llegado a las mujeres con medios hasta ahora inexistentes que han permitido romper barreras, tales como la asistencia telefónica y las conexiones virtuales individuales y grupales. Los departamentos se han volcado en compartir y generar múltiples recursos como canales de Telegram, videos Youtube y conexiones con plataformas virtuales como Webex, Zoom o TEAMS con tal de no perder el contacto y facilitar nuestra presencia.
– Son numerosos los ejemplos del ingenio e imaginación de las matronas para atender a las gestantes en estas circunstancias ¿Cómo valora este valor añadido que han dado estas especialistas a su trabajo?
RP: Claramente la actitud proactiva que, en general, han demostrado las matronas para planear nuevas formas de trabajo y autoprotección ante una situación tan complicada como la que estamos viviendo, y más aún en un principio que requirió una respuesta tan inmediata como la celeridad con las que se instaló la pandemia entre nosotros, habla de un matiz profesional de compromiso y resolución cuya proyección directa es altamente positiva y tangible para las usuarias y además, visible y ejemplar para el entorno profesional.
AB: Lo valoro de manera extraordinaria. Desde la ACCV queremos dar a todas las compañeras y compañeros las gracias por la calidad de los recursos y la voluntad de superarse en todos niveles de asistencia.
Pienso que la pandemia pasará, pero nosotras y nosotros saldremos fortalecidos con nuevos recursos y estrategias que potenciarán nuestra presencia allí donde haya una dificultad.
– Un trabajo, el de las matronas, que no se centra solo en la atención al parto ¿Cómo se podría explicar al conjunto de la sociedad la labor de estas profesionales?
RP: Actualmente es cierto que las matronas estamos socialmente «más encasilladas» o nos relacionan más con la tradición de la asistencia al parto que con la atención al resto de la esfera sexual y reproductiva, a pesar de que la Atención Primaria cuente con matronas desde hace más de 40 años y en su cartera de servicios se ofrezcan servicios diferentes a los propios del seguimiento y vigilancia del embarazo normal (y parto en las instituciones hospitalarias).
Esta es una cuestión ardua y que necesita la implicación de las propias matronas que no han de perder ocasión de lanzar este mensaje a todas las mujeres con las que se relacionen, y muy especialmente desde Atención Primaria recordarles toda nuestra cartera de servicios y más importante aún, prestarles asistencia de excelencia también en esta parcela, porque los buenos resultados -sin duda- son los que marcan la diferencia y «venden».
Por otra parte las asociaciones de matronas deben hacer campañas de marketing, de imagen, para, como la AEM que ha lanzado más de 6 campañas nacionales, recordaba en su primera campaña en los inicios de los años 90 «(1993), hacerse conocer mejor, estar más cerca de la sociedad y prestigiarse ante ella». Su arranque fue desarrollar una importante actividad divulgativa en medios de comunicación en los que se informaba ampliamente del perfil profesional de las matronas, aspecto que la sociedad desconocía, confundiéndonos con enfermeras o asignándonos el papel de ayudantes de otros profesionales, lo que a todas luces suponía el desconocimiento de nuestras competencias y ámbito profesional que, desgraciadamente, aún no hemos conseguido erradicar a pesar del esfuerzo de la AEM y algunas otros que se han ido sumando a esta iniciativa.
De otro lado y también es labor de las propias matronas, siendo apoyadas por los órganos gestores de la profesión (colegios profesionales, Consejo General de Enfermería, el propio Ministerio de Sanidad) recordar a las administraciones sanitarias, aunque a priori parezca una perogrullada, quiénes somos, qué competencias nos otorga la ley (Directivas) y exigir que estas se cumplan. Es incongruente que una de las más importantes tareas de las administraciones sanitarias sea la gestión de recursos humanos, el principal capital del sistema, y que su desconocimiento, inadvertencia de sus competencias, las presiones de determinados sectores dentro del sistema o la inercia organizacional – por citar algunos motivos-, dé como resultado una pésima gestión en este sentido, ya que no solo conculcan los derechos profesionales, como en nuestro caso, sino que deja en evidencia que los encargados de la gestión no cumplen convenientemente una de sus importantes misiones que es la de aprovechar al máximo, en beneficio del sistema sanitario, el conocimiento y las competencias de los profesionales a su cargo. Véase el caso de los hospitales maternales en los que las matronas tendrían que estar, como enfermeras especialistas que somos, en todas y cada una de las unidades que presten asistencia a las mujeres, en lugar de enfermeras sin especialidad. ¡Y seguimos luchando por ello!
AB: Como bien he comentado al principio, es necesaria una intensa labor de información a las autoridades políticas y a la sociedad sobre nuestras competencias. La matrona siempre ha de estar al lado de la mujer en todas las etapas reproductivas, desde la preconcepción, pasando por la gestación, parto, puerperio y lactancia materna, si así lo desea. Pero además somos las y los profesionales con la formación específica en la asistencia a la salud ginecológica y a la salud sexual. Es por ello que reclamamos la presencia de los y las matronas en todos aquellos servicios de atención Primaria y Especializada que atienden esta esfera de salud y enfermedad en las mujeres No es comprensible que en los CSSyR estén cubiertos por enfermeras generalistas cuando somos las matronas las profesionales que ya estamos preparadas para asumir las funciones que allí se realizan. Se están desperdiciando recursos económicos, no se está teniendo en cuenta la inversión que se hace en nuestra formación
– ¿Hasta qué punto sigue siendo relevante en el entorno de los países desarrollados la tasa de mortalidad materna?
RP: La mortalidad materna siempre será una prioridad porque el valor de una vida es incuantificable. Cuando las tasas son altas los profesionales dirigimos todos los esfuerzos a rebajarlas, pero conseguirlo no implica obtener un estatus perenne o que el logro sea en sí mismo perdurable, porque pueden concurrir circunstancias nuevas de salud, que concomiten con el embarazo y parto y comprometan los resultados finales, por eso nunca se puede bajar la guardia.
El caso de España es un claro ejemplo de años de un trabajo de calidad, en el que las matronas han tenido una importante participación, y que ha dado como resultado una bajada espectacular de las cifras relacionadas que coloca a nuestro país a la cabeza del rankig de resultados de mortalidad materna, así como perinatales.
En nuestro país en el año 70 estábamos en 33,1 muertes maternas x 100.000 nacidos vivos, en los años 80 se logró un descenso vertiginoso a 11 y paulatinamente ha seguido el descenso hasta la última, la del 2018, que arrojó un 1,9 /100.000. Pero esta situación de bonanza que nos da tranquilidad y, por supuesto, la satisfacción de sentirnos orgullosos del trabajo evidentemente bien hecho, no puede hacer que bajemos nunca la guardia y sigamos siempre buscando la excelencia y, si fuera posible, llegar a 0.
AB: Si bien es cierto que hemos descendido mucho la tasa de mortalidad materna en los países desarrollados (1 mujer por cada 4.900 nacimientos según la OMS en el informe de 2019) cuando sucede, muere una madre y nace un niño huérfano, y eso es terrible en cualquier rincón del mundo. Además, la mayoría de las complicaciones pueden ser previsibles y tratables con una adecuada asistencia sanitaria, cuando esta no está presente, las mujeres pierden ese derecho fundamental y la mortalidad se dispara, por lo cual la pobreza mata a las mujeres.
Trabajar por la igualdad y la protección eliminando las diferencias económicas y sociales disminuye la mortalidad materna. Las matronas como gestoras de salud somos fundamentales en la prevención y detección de estos riesgos.
– Periódicamente el trabajo de las matronas se ve salpicado por casos de intrusismo que pueden poner en peligro la vida de la mujer y del bebé ¿Qué consejos daría a las madres para que dejen de lado a quienes ofrecen esa ayuda no profesional?
RP: El problema del intrusismo no es nuevo, en nuestra profesión lo sufrimos desde antiguo y en tiempos de crisis socioeconómica como la que venimos sufriendo, existe un alarmante ascenso del intrusismo en gran parte de las profesiones. Las/os intrusas/os son oportunistas que buscan lucrarse y se aprovechan de la ignorancia y/o la credulidad de las personas.
En el caso de las mujeres, recordarles que los profesionales autorizados para el seguimiento y control del embarazo, y la asistencia al parto y nacimiento somos únicamente las matronas y obstetras. La titulación de matronas y obstetras que trabajamos en instituciones públicas (también en el ámbito privado) está acreditada ante nuestro empleador, ya que es condición indispensable a la hora de acceder a un puesto público documentar nuestra capacitación a través de los preceptivos títulos.
Circunstancia diferente es la de las mujeres que eligen a un supuesto profesional liberal para todo el proceso de embarazo, parto, nacimiento y crianza fuera de la oferta del Sistema Nacional de Salud, que deben asegurarse de que realmente quien elijan es matrón-matrona u obstetra, en ausencia de un registro profesional de acceso abierto a todos los ciudadanos, solicitando información a los respectivos colegios profesionales sobre si está o no colegiado el profesional en cuestión.
Elegir a un no profesional, en nuestra actividad, le puede costar muy caro a una mujer porque un intruso carece del conocimiento y los recursos necesarios para salvar una situación de riesgo vital que inexplicablemente puede producirse, como todas-os sabemos, en el transcurso del parto más normal del mundo…¡hasta que deja de serlo!
AB: Es terrible. Las redes sociales nos han permitidos acercarnos a las mujeres, pero también han abierto la caja de pandora a la proliferación de servicios no cualificados que atienden de forma romántica un proceso que, si bien es natural, ha de ser valorado de forma individual y holística. Les diría a las mujeres que las matronas tenemos seis años de formación universitaria sanitaria, dos de ellos específicos en la atención a la salud de género. A ninguna mujer se le ocurre acudir a un curandero para asistirle el nacimiento y hemos normalizado figuras como por ejemplo las doulas, como un estándar más, cuando en absoluto lo son. Les pediría que confíen en su matrona, que se informen y reclamen sus derechos respecto al nacimiento, pero desde la seguridad de un entorno profesional cualificado.
– En ello seguro que las asociaciones de matronas tienen mucho que decir ¿Qué importancia tiene el asociacionismo en este ámbito para avanzar en su desarrollo y conseguir sus reivindicaciones?
RP: Todos podemos aportar algo a nuestras asociaciones que nacen por y para la defensa del colectivo y en nuestro caso además, para la salvaguarda de la salud de la mujer y el niño, pero en el ánimo de los futuros asociados debe prevalecer la premisa de «¿qué es lo que puedo aportar al colectivo?” en lugar de “¿qué es lo que puedo obtener de él?”, aunque suene a expresión manida es la verdadera realidad porque juntos empujamos más y más fuerte y creedme que lo necesitamos en esta profesión que por ende, arrastra lastres pesados derivados de la discriminación histórica por cuestión de género.
Por delante quedan muchos retos importantes por lograr como la reconversión de plazas enfermeras para matronas que actualmente ya hay disponibles, el ajuste de ratios de plantillas tanto en AP como en AE, conseguir la prescripción autónoma completa para el colectivo, desarrollar otros campos como la ecografía obstétrica aun en pugna como la anterior con las presiones de la corporación médica que lucha por lo contrario, que no se altere el nivel de formación , la consecución del nivel y retribución profesionales acordes con nuestra titulación que acabe con la discriminación de la Administración hacia enfermeras-os y un largo etc. que da cuenta de que los problemas para la profesión no se han acabado, como decimos en la AEM, siempre hay que estar con la manguera dispuesta para apagar el más mínimo conato de fuego antes de que se produzca un incendio de mayores dimensiones y potencialmente más peligroso.
Este mismo problema del intrusismo por el que preguntabais es un problema importante pero las asociaciones de matronas solamente tenemos la competencia de informar a la población al respecto y canalizar las demandas que nos lleguen en este sentido, aunque las-os intrusos al saber que están cometiendo un delito tipificado en el Código Penal y por tanto penado y que tanto asociaciones como colegios profesionales estamos alertas para erradicarlos, cada vez son más cuidadosas/os en su autopublicidad y en casos extremos, pretenden garantizarse el silencio de las madres. Sin datos concluyentes o denuncias de las mujeres no se puede iniciar ninguna acción legal contra las/os intrusas/os, mal que nos pese.
AB: Desde la ACCV pedimos unión para generar una única voz con fuerza que reclame nuestros derechos y competencias. Somos un colectivo pequeño y por ello es necesario trabajar juntas por poder conseguir que cada mujer tenga a su lado una matrona que la cuide en todas sus etapas, sexual y reproductiva. Y ese es nuestro camino. Desde aquí pedir a todas las compañeras que confíen en sus asociaciones, porque un susurro se pierde entre el ruido, pero un colectivo es una voz potente que se hace oír, cuantas más seamos, más voz le daremos a nuestra profesión.