La presidenta del Colegio de Enfermería de Alicante, Montserrat Angulo, ha hecho entrega de los premios a las ganadoras de la V y VI edición del Concurso de Microrrelatos Enfermeros convocado por el Colegio.
Unos premios que correspondieron a Sandra González Gómez en el caso de la V edición por el microrrelato titulado “Mi firmeza efímera” y a Rocío Cortés Medrano en el caso de la VI edición por el titulado “Utopía”. Ambos estuvieron dotados con 300 euros.
A continuación se reproducen los relatos ganadores de ambas ediciones.

«Mi firmeza efímera», Sandra González Gómez
—¡Mi hijo! —Un grito desgarrador estalla al final del pasillo de Urgencias —¡Mi hijo! —Palabras clavadas en mi cabeza que acompañan el ritmo de 100 compresiones por minuto. Con los ojos húmedos y apresada en 12 metros cuadrados siento la adrenalina que inyecto a Carlos por mis venas.
—¡Mi hijo, por favor! —Un caos controlado me acompaña mientras seguimos los pasos del algoritmo. Las ondas vitales del pequeño simulan las de una montaña rusa, los goteros aceleran su ritmo.—¡Cambio, vamos, vamos!— Sudo emociones, mantengo el pulso firme pero tembloroso a su vez.
Finalmente, tras treinta angustiosos minutos, el sonido rítmico del monitor invade toda la sala. —Mi hijo… — esta vez, sollozó la calma de su corazón. Justo en ese momento, se desvaneció mi firmeza.

“Utopía”, Rocío Cortés Medrano
«¿Qué sería si no fuese una utopía…? Si ese deseo tan empoderado consiguiese llegar a la escuela. Quizás, en un tiempo, no muy lejano, la figura de la enfermera escolar sea imprescindible en el colegio… Quizás, los niños-as de todos los colegios tengan derecho a un programa de salud adaptado a sus necesidades, aquel que les haga creer que su educación en salud es un derecho… Quizás, algún día, todos los niños con diabetes, con cualquier tipo de alergia y con diferentes problemas de salud tengan en su entorno escolar esa figura tan importante, tan necesaria…
Mientras ¿qué sería de la vida si no una simple utopía? -Así es, todo llega!- me dijo ella mientras se despedía de mi en la verja del colegio tras medirme la glucosa como en cada comida y volvía a su centro de salud de referencia.»