La enfermera ilicitana ha trabajado en países como Reino Unido y Arabia Saudí desde que acabó la carrera en 2017
Marlene Torres es una enfermera ilicitana que a pesar de haber acabado la carrera hace cinco años cuenta ya con una amplia experiencia de trabajo en el extranjero en países tan diferentes como Reino Unido y Arabia Saudí. Su carácter inquieto, inconformista y aventurero la han llevado a atesorar ya enriquecedoras experiencias tanto en lo profesional como en lo personal.
– Hace cinco años que acabaste la carrera y ya has trabajado en dos países fuera de España ¿Qué te está llevando a plantearte tu trabajo en el extranjero?
– Soy una persona tremendamente inquieta e inconformista, además de aventurera, y aunque amo mi profesión, considero que hay cosas que no deberíamos aceptar ni normalizar. Cuando estaba en cuarto de Enfermería y visualizaba el futuro que me deparaba aquí me desmoralizaba. Me negaba a aceptar que mi puesto de trabajo dependería de lo que una persona al otro lado del teléfono decidiría tras una llamada. Me generaba, y sigue generando a día de hoy, mucha inseguridad. Eso, sumado a otros factores, como la ausencia de formación previa a la incorporación al puesto, la falta de reconocimiento de las distintas especialidades de Enfermería y la precariedad laboral, hicieron que me decantara en primer lugar por Reino Unido. Allí tenía el »privilegio» de elegir servicio, aun siendo recién graduada, y obtener un contrato indefinido. Eso en España era y es impensable en un futuro a corto plazo. En el año que estuve trabajando en España acumulé más de quince contratos diferentes, no sabía dónde iba a estar al mes siguiente, si tendría trabajo, si me llamarían para UCI o quirófano, para cualquier servicio en el que no me sintiera segura… O, peor aún, en el que no tuviera experiencia (que son muchos, puesto que como estudiante no pasas por todas las especialidades).
– ¿Por qué Reino Unido y por qué Arabia Saudí, dos países tan distintos en todos los sentidos?
Reino Unido, sobre todo, por las condiciones laborales; a nivel salarial es parecido a España, pero primaba más la garantía y estabilidad que el aspecto económico. Tras un año trabajando en plena pandemia como enfermera en España, acabé saturada (imagino que como la mayoría de mis compañeros). En ingles existe una expresión que se llama »burn out» cuya traducción literal es »síndrome del trabajador quemado», que consiste básicamente en la cronificación del estrés en el ámbito laboral. Quería y necesitaba cambiar, por mi salud mental.
Ya había trabajado en Reino Unido y España, dos países europeos. Me planteé irme a Noruega, pero el hecho de tener que realizar el curso de seis meses de noruego me echó para atrás. Pensé, ¿y fuera de Europa? ¿Tengo posibilidades? ¿Me puedo ir allí como enfermera solo con el inglés?
Buscando trabajos en Oriente Medio, concretamente en Emiratos Árabes, di con una agencia española llamada Arabian Salud, fundada por una española que se fue a trabajar como enfermera a Arabia Saudí en 2014 y ahora se dedica a mandar enfermeros allí.

– ¿En qué sentido te han resultado positivas ambas experiencias?
En Reino Unido aprendí lo que significaba el trabajo en equipo, el estrés, la falta de personal, el sacar un servicio adelante con pocos recursos, el primer contacto con la muerte y el duelo, con preservar la dignidad del paciente, con humanizar los cuidados de Enfermería… Fue un crecimiento más personal.
Sin embargo, en Arabia Saudí crecí muchísimo profesionalmente. Pasé de ser una enfermera que apenas había atendido paradas cardíacas a recibirlas prácticamente a diario. Allí trabajé en la Unidad de Resucitación, y los casos que recibíamos eran principalmente paradas cardiacas y politraumas. Era trabajar en una situación de adrenalina continúa, muy desafiante, muy dura, pero muy gratificante. Sé que lo que vi y viví allí no lo voy a ver en ningún otro sitio. Es cierto eso que dicen de que la realidad a veces supera la ficción; Arabia Saudí es un ejemplo de ello.
– Seguro que si preguntamos encontramos a muchas compañeras que han estado en Reino Unido, pero en Arabia Saudí, no tantas ¿Cómo consigues acceder a un puesto de trabajo allí?
Los requisitos, a priori, son sencillos. Nivel de inglés medio-alto, experiencia previa mínima de dos años en un mismo servicio y venir con la mente muy abierta. Desde 2021 hay que realizar un examen llamado Prometric para poder convalidar el título de Enfermería, es un examen de Enfermería relativamente sencillo. Pero el proceso de irse a Arabia es largo y tedioso, a mí me llevó entre ocho y nueve meses de papeleo, traducciones y burocracia varia. Existen varias agencias que mandan europeos (entre ellos españoles) a Arabia Saudí. La demanda es cada vez más creciente.

– ¿Cómo es vivir en Arabia?
Los expatriados, así es como nos llaman y llamamos a los extranjeros, vivimos en »compounds» que son como urbanizaciones privadas donde solo viven expatriados y cuentan con todas las facilidades como piscina, jacuzzi, gimnasio, supermercado, restaurante… Los más lujosos cuentan hasta con Starbucks, pizzerías, servicio de peluquería y demás.
Dentro de los compounds no se aplican las normas de vestimenta, es como estar en Europa, puedes ir como te dé la gana, dicho así en jerga coloquial y clara. A los compounds solo pueden acceder los residentes, tras pasar un exhaustivo control de seguridad (normalmente formado por militares saudís y/o trabajadores filipinos), si no resides en un compound necesitas invitación y entregar tu pasaporte o »iqama» (DNI saudí) en la recepción del mismo.
Normalmente, los fines de semana se realizan barbacoas en los compounds. Existen más de cincuenta en Riad y se encuentran distribuidos por toda la ciudad. El alcohol está prohibido en el país así que la opción de irte a tomar algo con los amigos está algo complicada. Eso sí, se han hecho expertos en cócteles y/o zumos varios (sin alcohol, obviamente). No dicen eso de… cuando no hay lomo, de todo como. Pues algo parecido.
Hay muchísimos restaurantes por toda la ciudad, excursiones al desierto, el mar rojo, la provincia del sur que es montañosa y clima frío (algo parecido al norte de España), irte a acampar al desierto, paragliding, el cine (legal desde 2018), ir a visitar wadis (valles con vegetación), escalada, ir de compras a cualquiera de los tantos centros comerciales de Riad, tomar café árabe, visitar una mezquita, irte a Jeddah y perderte por sus calles repletas de historia, ir a navegar por Umluj o Yanbu (se les conoce como las maldivas saudís), contemplar la belleza de AlUla y perderte por el rojo de sus rocas… Nadie se imagina todos los distintos escenarios y paisajes que se reúnen en Arabia. Ojalá la gente le diera una oportunidad, tanto al país como a su pueblo, porque con la mano en el corazón puedo afirmar, ellos siempre nos estarán esperando con los brazos bien abiertos.
– ¿Y el trabajo de enfermera en aquel país?
En términos generales, no dista mucho del rol de una enfermera en España o Reino Unido. Diría que la principal diferencia es que en Arabía imitan el modelo americano en los hospitales y muchos de los protocolos son similares a los que emplean en EE.UU, incluso la terminología empleada es la misma.
Me atrevería a decir que el enfermero en Arabia tiene más responsabilidad, porque no hay auxiliares de Enfermería ni celadores (existía una especie de ayudantes que estaban en algunos turnos y te ayudaban a trasladar al paciente); por tanto, todo recaía en las enfermeras.
En lo que se refiere a salario, el salario neto medio de un enfermero Europeo ronda los 4.000€, y digo neto porque el salario en Arabia Saudí es libre de impuestos. Los turnos son de 12h y puede ser turno diurno o turno nocturno, de 7 de la mañana hasta las 7 de la tarde o si es turno de noche, viceversa. La principal diferencia con Arabia y otros países en los que he trabajado es el número de horas que se trabaja a la semana. En mi caso, trabajaba una media de 50 y 60h semanales, una diferencia significativa si lo comparamos con España o Reino Unido. Mi hospital estaba tan corto de personal que su principal solución era »obligar» a los trabajadores a realizar turnos extra. Ese, y un trágico accidente de tráfico que sufrí en diciembre de 2021 allí, fueron los motivos por los que me volví a España. Tras ser intervenida de la fractura de fémur y rehabilitarme y recuperarme, en la medida de lo posible, para acercarme a lo que era mi vida antes del accidente, hice mis maletas y volví a casa.
El hospital se hace cargo de los gastos de alojamiento y los gastos que este conlleva, como luz, agua y gas. El transporte hasta el hospital (mi compound estaba a unos 20 minutos en coche) también está pagado por el mismo, que consistía en un autobús que salía del compound sobre las 6:30 am y nos llevaba a todos los trabajadores hasta la puerta del hospital.
Otro aspecto a destacar sería los días de vacaciones. En Arabía se cuenta con 61 días de vacaciones pagadas al año, el inconveniente es que para salir y entrar del país hay que pedir »permiso» al hospital, es decir, tienes que aplicar y tramitar una visa y la organización del centro se guarda el derecho de aceptar tu visado o no, por tanto no siempre tenías la posibilidad de irte de viaje. En ese sentido dependes un poco de tu manager y de la dirección de recursos humanos.

– Imagino que muchos lectores se estarán preguntando, ¿y la religión?
Sí, tuve que incluir el Islam en mis cuidados de Enfermería y adaptarlo a las necesidades de mis pacientes. Hay que tener en cuenta que los saudís rezan cinco veces al día, médicos también, y durante el Ramadán, que dura aproximadamente un mes, no podía ni beber ni comer delante de ellos hasta las seis de la tarde, hora en la que rompían el ayuno. Es una cuestión de respeto y tolerancia.
Como anécdota graciosa podría contar la de una paciente Covid positiva en aislamiento, con EPOC, conectada a ventilación mecánica no invasiva, la paciente no estaba estable. Me empezó a hacer señas indicándome que quería rezar. Vestida con el EPI intentaba descifrar qué era lo que quería (la paciente me hablaba en árabe y yo apenas sabía un par de palabras). Al final comprendí que quería que le trajera la alfombra y la desconectara de la máquina para rezar. Le dije que no podía, que si lo hacía se desaturaría enseguida. No paraba de insistirme, hasta que caí en la cuenta de que no hacía falta que la paciente se moviera de la cama. Saqué el móvil del bolsillo, busqué donde estaba La Meca y giré la cama de la paciente y todas las maquinas (bombas de infusión, el ventilador, etc) dirección a La Meca. La paciente empezó a hacerme el gesto de agradecido casi entre lágrimas, y para mis adentros pensé, con qué gesto tan sencillo y poco he hecho feliz a la mujer. Al salir de la habitación me entró como una media risa tonta de pensar, ¡quién me diría a mí que estaría en Arabia Saudí vestida con un EPI preocupándome por dónde está La Meca y cómo puedo hacer para que mi paciente pueda rezar! Sabía que era importante para ella y al ver su rostro tras la pantalla rayada del EPI comprendí que había valido la pena.

– Una de las primeras cosas que se nos pueden venir a la mente es el trato a la mujer en un país como Arabia Saudí ¿Cómo ha sido tu experiencia en ese sentido?
Soy consciente de que hablo desde mi privilegio de mujer blanca y occidental, pero ha sido inmejorable. No solo es el país más seguro en el que he vivido nunca, prácticamente no se producen robos, ni he sentido miedo nunca por ir sola por la calle. Siempre me han recibido y tratado con mucho respeto, e incluso admiración. Adoran España y todo lo que tenga que ver con ella, adoran nuestra cultura y adoran ver a gente extranjera, de hecho, siempre me pedían fotos porque yo era algo exótico para ellos. El país se abrió por primera vez al turismo en 2018 y en muy poco tiempo ha evolucionado drásticamente. Ese mismo año la abaya, que es una especie de túnica larga, dejó de ser obligatoria para las mujeres extranjeras y nunca ha sido obligatorio cubrirse la cabeza ni el rostro. Es cierto que no se me aplican las mismas normas que a la mujer saudí y que lo único que piden es que vistamos ropa modesta, que consiste básicamente en cubrirnos las piernas y los hombros.
Por suerte soy una persona que se adapta muy rápido a nuevos ambientes. Fui preparada para lo peor, todo lo que había leído sobre el país era malo o información anticuada y errónea, era y es un país muy desconocido y hermético. Pero seguí adelante con el proceso, pese a tener miedo y dudas, seguí. A día de hoy puedo decir que ha sido la mejor experiencia de mi vida. Soy quien soy por los países en los que he vivido y la gente que he conocido. Si dejamos al margen la política, las suposiciones y las creencias negativas sobre una religión y te paras a conocer al pueblo, descubres todo lo que tienen para darte. Yo definiría al saudí como una persona inmensamente generosa, hospitalaria, amable, curiosa y empática.

– Ahora estás en España y, según tenemos entendido, con la intención de formarte en urgencias y emergencias. Visto lo visto podemos decir que te atraen las experiencias fuertes, ¿no es así?
Así es. Soy un culo inquieto, como habéis podido comprobar. Mi intención es formarme en las Emergencias Extrahospitalarias para poder formar parte del equipo SAMU, que es donde me gustaría trabajar en un futuro. En octubre empiezo el máster en la Universidad de Alicante y después de eso me gustaría especializarme en aerotransporte medicalizado, es decir, realizar rescates aéreos en helicópteros y formar parte del equipo sanitario.
– ¿Piensas quedarte ya en España o vas a sorprender a la familia con algún otro destino exótico?
Cuando volví a España me dije a mi misma, ya está Marlene, ahora a descansar una temporada aquí y a formarte. La segunda parte no ha cambiado, mi intención es formarme en España, pero no puedo asegurar que me establezca aquí ya para siempre. Estados Unidos me llama la atención, y bueno, cuando algo se me mete en la cabeza… Ya sabes…